LA BREVEDAD EN LA TRADICIÓN LITERARIA COLOMBIANA


Antología del cuento colombiano

Guillermo Bustamante Zamudio, Harold Kremer
Centro Editorial Universidad del Valle, Cali, 1994, 177 págs.


Con la publicación de Antología del cuento colombiano se hace justicia a un género que entre nosotros no ha recibido la debida atención, acaso por estimarse menor al cumplir un papel secundario en nuestra tradición literaria.

Por ello es importante este esfuerzo de Guillermo Bustamante Zamudio y Harold Kremer, al compilar una muestra del cuento en Colombia, que nos permite apreciar sus virtudes y su reciente evolución, con autores de reconocida trayectoria y otros pertenecientes a las últimas generaciones.

No obstante haber cumplido el género un papel secundario, son muchos los autores colombianos que han sabido encontrar en el cuento un medio de expresión eficaz, que permite explorar la capacidad evocadora y narrativa del lenguaje, para lograr aquella tensión y brevedad de la que nos habla Poe al señalar sus atributos.

Narradores y poetas de todas las tendencias han cultivado el cuento en algún momento de su producción literaria, lo que ya permite hablar de una tradición que, si bien es reciente, al menos despeja un panorama que sirva de referencia para futuras generaciones.

Así escritores de entre los años cuarenta y sesenta, como Jorge Gaitán Durán, Jorge Zalamea, Álvaro Cepeda Samudio, Manuel Mejía Vallejo, Álvaro Mutis, Umberto Valverde, Germán Santamaría, poetas de la llamada “Generación sin Nombre”, los nadaístas, y de generaciones posteriores, como Benhur Carmona Cano, Jaime Lopera Gutiérrez o Luci Fabiola Tello, cultivan el género con dedicación y entusiasmo.

En su temática, se advierte la influencia que hace caso de sus orígenes, emparentada con el Lejano Oriente, así como la de escritores tan prolíficos como Rabelais, Faulkner o Jorge Amado, cuya influencia sigue siendo importante en los narradores más recientes. Hay relatos que destacan anécdotas, sueños, sátiras, fantasías, pasajes de la historia y la literatura, recreación de mitos y fábulas, con una preocupación por sondear los problemas más típicamente humanos.

Podemos destacar la calidad de los recursos expresivos y su valor argumental, no obstante su brevedad y concisión, con la que se logra captar la atención del lector desde el primer momento.

Por otro lado, una tradición oral propia sirve como punto comparativo, con relatos de culturas autóctonas como la tikuna, cuiba, ijca, siona, que se distinguen por su alto contenido poético y mitológico, así como por la sabiduría popular que encierran. Sin embargo, a la hora de definir los puntos referenciales, podemos decir que la creación individual desempeña aquí un papel fundamental, en la búsqueda de recursos propios, así como en su estructura formal y su calidad expresiva.

Acostumbrados, como estamos, a una tradición narrativa que se compromete con la grandilocuencia y la retórica, estos relatos breves permiten abrir en nuestro panorama expectativas diferentes, al situarse entre lo poético y lo narrativo, nutriéndose de diferentes fuentes, de lenguajes propios del mundo contemporáneo: el cine, el ensayo, la epístola, la nota periodística, etc.

Algunos de los textos incluidos en la antología se acercan al cuento de corte “minimalista”, con posibilidades interpretativas abiertas, en las cuales habría que profundizar si se desea seguir desarrollando el género.

Finalmente, nos damos cuenta de que es un género que tiene una vitalidad insospechada, gracias también al esfuerzo continuado de publicaciones como la revista Eukoreo, la cual se ha preocupado por presentar a los autores más jóvenes. Esperamos que este esfuerzo editorial constituya un estímulo para quienes se dedican a cultivar el cuento en Colombia.

NELLY ROCÍO AMAYA MÉNDEZ
(Publicado en Boletín Cultural y Bibliográfico. Número 39 . Volúmen XXXII. Editado en 1996)

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