NATALIE DE SAINT PHALLE, VIAJE LITERARIO

<b>HOTELES LITERARIOS,</b> Viaje alrededor de la Tierra/Natalie de Saint Phalle
Madrid: Alf ag uara, 1991, (428 pp ).


Esta interesante travesía de la periodista Nathali de Saint Phall, sugiere un recorridopor los hoteles más visitados por escritores famosos que con su paso, dejaron historias que habían permanecido encerradas entre sus cuatro paredes.  Así estas moradas transitorias casi anónimas, como refugio de viajeros impenitentes con su particular estilo de vida, cobran vida de nuevo vida por la significación de sus residentes y exploradores de la palabra cuyas impresiones conf luyen en su propia literatura. Más de mil hoteles se dan cita en este juicioso seg uimiento que hace la autora de su archivo personal,cuya selección es relevante por los autores que los ha visitado: Byron, Chautebriand, Gauthier, Flaubert, Nerval , Durrel l , Rimbaud, Larbaud, Borges, Fitzsgerald, Hemingway, Rilke. es decir, lo más destacado de la literatura románticay moderna, cuya peregrinación de “reliquias literarias" incluyen también a Kafka,Proust, Wilde, Joyce, en lugares que a su paso se han vuelto ya legendarios como el Gran Hotel de Cabourg, Affles de Singapur, Daniel i enVenecia, Chelsea en Nueva York, Monte Monte Veritá en Suiza o el viejo Ritz de Barcelona, con historias y recuerdos no carentes de nostalgia.
La obra organiza alf abéticamente, las ciudades para incitarnos a un recorrido geográfico digno de una guía imaginaria como De Adrogué donde tantas veces reg resaba Borges, a hacer sus historias en el Hotel Las Delicias, y donde también surge el viejo Plaza Hotel, por el que alguna vez pasaron Octavio Paz,
Jorge Amado, José Orteg a y Gasset o Victoria Ocampo. Pero el vag abundeo
literario no tiene f ronteras y a través de la lectura podemos ver muchos sitios
que sirvieron de alojamiento provisional a escritores de toda índole; así en
Connemara, Irl anda, el Renveyl e House Hotel , fue un habi tual si ti o de
encuentro de Wi l l i am Butl er Yeats o James Joyce.
De esta manera, el tex to y la travesía coinciden plenamente, y en este viaje
de itinerario predominantemente literario alrededor de la tierra, el lector se
detiene, avanza o retrocede a su entera voluntad, impresionado por las
anécdotas y atractivos que presentan. Así por ejemplo, si en The Ori ental
Hotel de Bangkok, el polaco Joseph Conrad, lleg ó por primera vez en enero de
1888, hoy el restaurante Lord Ji m -inequívoco homenaje a Conrad- of rece mes
a mes el plato predilecto da cada uno de los autores que pasaron por allí:
Rudyard Ki pl i ng, Tenesse Wi l l i ams, John Stei mbeck, Wi l l i am Gol di ng, Gore
Vi dal ... Las historias son como la literatura, llenas de acontecimientos muchas veces
trág icos o incluso cómicos, o que en su tiempo hicieron la comidilla de la
sociedad. Por ejemplo, en el Mena House de Gi ze, probablemente T.E Lawrence
borroneó parte de Los siete pilares de la sabiduría . No demasiado lejos, en el
Oasis Hotel de Arg elia, Oscar Wi l de y André Gi de se encontraban para
escándalo de la sociedad victoriana del momento, donde escribió La bal ada de
l a cárcel de Readi ng , los últimos poemas de su vida. Allí murió en 1900 , sin
jamás reg resar a Ing laterra.
El Meurice en París, f ue sitio habitual para Gabri elle D`Anunzzio o Salvador
Dalí. Cuenta Saint Phale que nueve escritores: Ardi sson, Berther, Besson,
Frébourg , Gravier, Leroy, Neuhof f , Parisis, Tillinac y Van der Plaetsen, se
reunieron allí la noche del 31 de diciembre de 1989 , ocasión que daría paso a
una creación colectiva, ¿10 años en balde? ¿La década del ochenta?, no se sabe
con certeza.
Más adelante nos encontramos con Arthur Miller y la mítica Marilyn Monroe
alojándose en el Savoy de Londres. Pero Marcel Proust, en busca del ti empo
perdi do, se ref iere al Pera Pal as de Estambul , quizá el más canonizado de
todos los hoteles, que f uera construido especialmente para los pasajeros del
Ori ent Ex press, en la entrada del Mar Neg ro. Se sabe que Agatha Chri sti e se
hospedó allí en dos oportunidades (1924 y 1932), si empre en la habitación 411,
donde redactó buena parte de su novela Asesi nato en el Ex preso de Ori ente.
Pero también están los hoteles de Nueva York que acog ieron a Truman Capote,
Arthur Mi l l er, Arthur Cl arde, Sam Shepard, William Burroughs, Dylan Thomas,
sumerg idos en sus ex cesos. El poeta Leonard Cohen, escribió una balada a la
que llamó Chelsea Hotel, que dedicó a la memoria de la cantante Jani s Jopl i n
cuando supo de su muerte.
En f in, con este libro crece la af ición a los viajes. Está lleno de anécdotas
interesantes y de escenarios que han sido el marco de muchas historias.
Sabemos que los artistas y escritores seg uirán en busca de ese ref ug io un poco
anodino y encantador, esperando allí la idea g enial o la persona ideal que
pueble sus sueños o f antasías y encontrando muchas veces un desenlace
inesperado. La obra hará las delicias del lector y es muy valiosa por sus
múltiples ref erencias a la vida literaria de todas las épocas.

Nelly Rocío Amaya Méndez
(Publicado originalmente en Sabanet/

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