COMO LA SOMBRA O LA MÚSICA

RESEÑAS DE LIBROS



PALOMA PÉREZ SASTRE, COMO LA SOMBRA O LA MÚSICA. Medellín: Hombre Nuevo Editores, 2007. 117 págs.

Este libro de la catedrática Paloma Pérez Sastre nacida en Jericó, Antioquia (1956), nos permite cuestionar desde la escritura misma, la visión tradicional de la conciencia del yo como experiencia fundamental de lo real, al abordar situaciones donde la conciencia se enfrenta a experiencias límite que le permiten observar diferentes puntos de vista sobre los fenómenos como la violencia, la ruptura, el olvido, el encierro, el duelo, o los roles que desempeña cada cual en la sociedad.

Siguiendo los pasos de Virgina Woolf o de una  Natalia Ginzbur-  y con conciencia de género, la autora nos sumerge en el mundo de sus experiencias en países como España o su propia  tierra natal, para mostrarnos realidades conflictivas y ambiguas. donde surgen estas historias a manera de cuentos o crónicas. Así, sondeando en lo más íntimo de sus personajes para tratar "escuchar" esa música que sostiene sobre el abismo a la palabra, surge una realidad inesperada, aquella que nos desacomoda y constituye su aporte en la visión estereotipada, cerrada o unívoca que se tiene de las cosas.  

Por esos los personajes de sus cuentos o crónicas, viven situaciones límite (enfermedad, aislamiento, encierro, silencio autoimpuesto, etc.) que los obliga a reconstruir los hilos sutiles de su existencia, para superarse a sí mismos. sobre todo en épocas de fuertes debates ideológicos, o donde se padecía los enfrentamientos de milicias y grupos revolucionarios en nuestro país. 

En Como la sombra o la música”, por ejemplo, asistimos al secuestro de una mujer de clase acomodada que de pronto se ve "custodiada por guardias obedientes como soldados, impecables y puntuales como ejecutivos recién bañados” (p.24). De esta forma, el personaje debe tomar por sí misma, la decisión  de “vivir allí”  y “dominar el ocio, para resolver el enigma del encierro”, lo que le permitirá cuestionar la realidad de su propia vida, como su crisis matrimonial, su lugar que ocupa en el mundo, y la situación de amenaza para su vida, al convertirse en un simple objeto de negociación o mercancía, un  "paquete indeseable para G, quien no debería pagar por su rescate”,  Así, podemos ver cómo sus acciones conscientemente elegidas,  permiten hacer del encierro un lugar de reflexión interior hasta "ser como la sombra, la música o el humo para evadirse y escaparse de esa (su vida anterior) cárcel infectable” (p.27).

Por otro lado, una anécdota, el hallazgo de una garrapata en la cabeza de su nieta, es suficiente para el viaje de retorno. Así en “El Inquilino”,  la narradora rememora su estadía en Barcelona en medio del ambiente familiar y rústico, en compañía de aquel sacerdote de acendradas inclinaciones. Pero sobre todo, aquella mañana, en la que tras el paso dos cazadores, el sonido de un disparo pone todas las alarmas, y la pérdida momentánea de la niña tras las huella del gato “Inqui”, crea un ambiente de confusión que involucra a los habitantes de la casa, haciéndoles revivir los acontecimientos políticos y los traumas de la guerra civil en España.

Además nos encontramos ante una desconocida en una sesión de psicoanálisis, a quien la narradora decide invitar a su estudio en vísperas de Semana Santa, lo cual nos hace presenciar situaciones ambiguas y sugerentes, bajo la música del Sabat Mater de Pergolesi  -con sus dúos de voces profundamente incitantes-.  Así ocurren los diálogos indirectos con esa “Convidada”, cuya despedida hace saborear la huella que dejó en Clarisa Dalloway el único beso de Sally Seton: “Entiendo que toda su vida llevará consigo el recuerdo de ese beso, el vuelo de esperanza de ese beso, y que nunca encontró un amor como el que parecía ofrecer ese sólo beso” (p.39)

Pero también en los ambientes nocturnos es posible que surjan los personajes inesperados a Pasos de tango, con el marco emocional del tema de Enrique Santos Dicépolo. Allí encontraremos a un ex amante de pintor Luis Caballero, enfermo de Sida protagonizando una escena de violencia, en medio de un ambiente de repulsión y fastidio, asombro y lástima después de la algarabía sufrida.  

Pues en cada historia vemos aspectos nuevos de la realidad dentro una trama cargada de indicios que permiten encontrar  coincidencias,  paradojas y contradicciones en los diferentes ambientes. para quedar atrapados en cada travesía, que con un lenguaje coloquial, nos hacer ver los entresijos de la historia, o la vida misma, materia verdadera de creación y recreación de la autora.




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